Te interesa: Tan sólo han pasado 100 años
En el mes de marzo de este año 2010 se han cumplido 100 años de la llegada de la mujer a la Universidad española, aunque algunas mujeres habían accedido a las aulas previamente en calidad de oyentes o adoptando una identidad masculina, ese fue el caso de Concepción Arenal en 1849.
La Real Orden de 11 de junio de 1888 obstaculizaba la incorporación de las mujeres a la universidad Pública.
22 años más tarde otra Real Orden de fecha 8 de marzo de 1910 derogó la anterior, argumentando que el sentido general de la legislación es no hacer distinción por razón de sexos, autorizando por igual la matrícula de alumnos y alumnas.
Esta norma fue impulsada por Emilia Pardo Bazán la primera mujer a cargo del Ministerio de Instrucción Pública, y quien paradójicamente en 1916 consigue una cátedra que no podrá ejercer por oposición de sus compañeros.
Como consecuencia del derecho legal de las mujeres a poder acceder a la universidad se produce un cambio importante que no ha cesado, como dato, decir que en 1935 había en España 2000 mujeres universitarias. Con la llegada de la democracia y la inclusión del principio de igualdad de oportunidades en la política española, se produce un desembarco ya imparable de mujeres en la universidad española que hace que hoy el 54% de las matriculaciones, el 61% de las titulaciones universitarias y más del 50% de los masters y doctorados sean cursados por mujeres.
Actualmente en nuestro “primer mundo” la educación en igualdad es un derecho de hombres y mujeres, pero no olvidemos que aún son muchos los lugares donde los derechos de las mujeres son inexistentes, entre ellos el de la educación. También deberemos tener en cuenta que la segregación en el tipo de estudios que chicas y chicos realizan está vigente y esta circunstancia va a tener después un reflejo perjudicial para las mujeres en el mundo laboral.
La Real Orden de 11 de junio de 1888 obstaculizaba la incorporación de las mujeres a la universidad Pública.
22 años más tarde otra Real Orden de fecha 8 de marzo de 1910 derogó la anterior, argumentando que el sentido general de la legislación es no hacer distinción por razón de sexos, autorizando por igual la matrícula de alumnos y alumnas.
Esta norma fue impulsada por Emilia Pardo Bazán la primera mujer a cargo del Ministerio de Instrucción Pública, y quien paradójicamente en 1916 consigue una cátedra que no podrá ejercer por oposición de sus compañeros.
Como consecuencia del derecho legal de las mujeres a poder acceder a la universidad se produce un cambio importante que no ha cesado, como dato, decir que en 1935 había en España 2000 mujeres universitarias. Con la llegada de la democracia y la inclusión del principio de igualdad de oportunidades en la política española, se produce un desembarco ya imparable de mujeres en la universidad española que hace que hoy el 54% de las matriculaciones, el 61% de las titulaciones universitarias y más del 50% de los masters y doctorados sean cursados por mujeres.
Actualmente en nuestro “primer mundo” la educación en igualdad es un derecho de hombres y mujeres, pero no olvidemos que aún son muchos los lugares donde los derechos de las mujeres son inexistentes, entre ellos el de la educación. También deberemos tener en cuenta que la segregación en el tipo de estudios que chicas y chicos realizan está vigente y esta circunstancia va a tener después un reflejo perjudicial para las mujeres en el mundo laboral.