Editorial: ¿CRISPACIÓN, DEMAGOGIA? O ¿DE TODO UN POCO?
Llevamos unos meses, (mas de un año) que la vida social y política española está muy crispada, casi nos atreveríamos a decir que envenenada, y esa situación no es buena la fomente quien la fomente.
Lo fundamental es trabajar para construir y esto solo se puede hacer si no se utilizan verdades a medias o medias mentiras para crispar.
Insistimos: ESE NO ES UN BUEN CAMINO
Las personas que vivieron la situación política española de antes de la Democracia, están apabullados ante tanto despropósito. En los peores momentos de la transición, existía un respeto entre todos los partidos, mayor que el que se da en la actualidad.
La "POLITICA" como servicio a los demás es un oficio de los más bonitos, desprendidos y altruista que se conozcan, pero cuando las letras mayúsculas de la POLITICA, pasan a las minúsculas del politiqueo, algo va mal.
La democracia es algo más que votar cada cuatro años, aunque para la inmensa mayoría de la ciudadanía ahí se acabe su participación, la democracia debemos construirla entre todos y todas día a día, participando en las asociaciones vecinales, culturales, de jóvenes, de mujeres, deportivas…Esa participación tiene que convertirse en un instrumento de control hacia las personas "elegidas" gracias al voto de los ciudadanos y las ciudadanas, gobiernen o no, debiendo exigirles resultados en sus actuaciones y sobre todo responsabilidad.
Por desgracia la realidad es que la mayoría de la ciudadanía participa poco, se informa a medias y la política no les interesa nada. Estos elementos combinados, crean un caldo de cultivo donde la manipulación primero y la crispación después es el resultado final.
Los representantes políticos deberían ser los primeros en recordar que existen unas normas de convivencia elaboradas socialmente que son para cumplirse (todos, la ciudadanía en general y la clase política en particular), pero cuando esto se rompe, se genera una situación donde lo individual gana a lo colectivo y por tanto el egoísmo a
la solidaridad.
Señores y señoras que gobiernan o que están en la oposición, ¿no les parece que deberían pensar sobre lo que aquí se dice?