Editorial: La Ciudadanía frente a las elecciones


El pasado 27 de mayo se han celebrado elecciones municipales en toda España y autonómicas en 13 comunidades. La participación ha sido del 63,83% el porcentaje más bajo desde 1991.

La falta de interés por participar en la elección de las personas que nos gobernarán y decidirán por nosotros y nosotras sobres las cosas que nos afectan es muy alta y la responsabilidad de esa situación solemos, en la mayoría de los casos, echársela a la clase política y a su distanciamiento de la ciudadanía.


Pero quizás también sería bueno que nos mirásemos a nosotros mismos y observásemos el comportamiento que tenemos ante conductas inaceptables e incluso delictivas de algunos políticos.
Estas últimas elecciones nos pueden servir de ejemplo. Si miramos con detenimiento los resultados de esas elecciones, podremos comprobar que en algunos pueblos o ciudades, incluso importantes, donde se presentaban candidatos que están incriminados en actuaciones irregulares, en la mayoría de los casos relacionadas con barbaridades urbanísticas, esos candidatos o candidatas han resultado nuevamente elegidos, sin que parezca tenerse en cuenta esas cuestiones.
Abstenernos como supuesto castigo al comportamiento de ciertos políticos, no conduce a nada y por supuesto votar a personas que están incriminadas en actuaciones delictivas dice poco a favor de quienes les votan.
Las instituciones y en definitiva la democracia se fortalecerán, si cada uno asumimos nuestras responsabilidades. La clase política debe atender y responder a las demandas de la ciudadanía, desde un comportamiento ético. Los ciudadanos debemos seguir el comportamiento de esos políticos y exigirles el cumplimiento de sus compromisos y esa actitud ética que debe presidir cualquier actuación pública y por supuesto votar cuando toca elegir a nuestros representantes, no votando a aquellos que no han cumplido o que han actuado contraviniendo la ley.
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