Todos contra la violencia hacia las mujeres
En 1999, Naciones Unidas proclamó el 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las mujeres. Desde ese día todos los gobiernos del mundo están comprometidos a organizar actividades para la toma de una mayor conciencia y sensibilización ante un problema cada vez más grave. Los datos de asesinatos en España demuestran está afirmación, a día 24 de diciembre son 67 las mujeres muertas a manos de sus maridos, parejas, o exparejas.
Nuestro país es pionero en tomar medidas legales. Ha sido el primero en el conjunto de la Unión Europea en aprobar una ley, (en diciembre de 2004), a través de la cual se ha querido hacer un texto integral donde se contemplan medidas, que su aplicación debe realizarse desde distintos ámbitos: educativo, sanitario, asistencial, laboral… etc.
Dos años después de la promulgación de la ley, a pesar de que tiene claroscuros, ha logrado sacar de la invisibilidad el mal trato que se ejerce contra las mujeres en un ámbito privado, como es el familiar, y ha puesto sobre la mesa que las mujeres no somos propiedad de nadie, aunque este nadie sea nuestra marido, pareja, amante...etc.
Pero una vez que toda la sociedad es conocedora de esta situación, deben ponerse en marcha con decisión y medios suficientes mecanismos para cambiar comportamientos que tradicionalmente se han aceptado como “problemas de pareja en los que no debíamos meternos”. Junto a campañas de sensibilización, se deben impulsar los valores en igualdad a través de la educación en todos los ámbitos, y las medidas coercitivas deben ser rápidas y eficaces, así mismo debe haber un conocimiento primero, y una aplicación y desarrollo después, de las normas laborales que van a hacer menos penosa la situación de las victimas de violencia de género, también deben formarse más todas las personas que intervienen en los procesos, como personal policial, sanitario, de la judicatura, etc.
Las leyes son absolutamente necesarias, pero las mismas serían papel mojado si no se estableciesen mecanismos para su desarrollo y cumplimiento. Por lo tanto, bienvenidas cuantas más leyes mejor si estas consiguen hacer menos violenta nuestra sociedad, pero a la vez la ciudadanía nos tenemos que organizar, primero para conocer y después para exigir el cumplimiento de las mismas.
La conmemoración del 25 de noviembre establecida por Naciones Unidas no es sólo por las muertes de mujeres en el ámbito doméstico (que también) es un día declarado para combatir todo tipo de violencia hacia las mujeres, asesinatos, (como los que se producen en Ciudad Juárez o en Guatemala) violaciones, explotación sexual, (protagonizada por mafias, donde las mujeres inmigrantes son las víctimas), o el turismo sexual, (reclamo de personas sin escrúpulos donde se cotizan mas las niñas) mutilaciones genitales, justificadas por creencias religiosas o culturales. Etc.
Las políticas de prevención, junto con el cambio de valores a través de la educación y la formación en valores, deberán ser los ejes para la consecución de una sociedad donde, entre todos y todas, acabemos con esta lacra que es la violencia hacia las mujeres.
Nuestro país es pionero en tomar medidas legales. Ha sido el primero en el conjunto de la Unión Europea en aprobar una ley, (en diciembre de 2004), a través de la cual se ha querido hacer un texto integral donde se contemplan medidas, que su aplicación debe realizarse desde distintos ámbitos: educativo, sanitario, asistencial, laboral… etc.
Dos años después de la promulgación de la ley, a pesar de que tiene claroscuros, ha logrado sacar de la invisibilidad el mal trato que se ejerce contra las mujeres en un ámbito privado, como es el familiar, y ha puesto sobre la mesa que las mujeres no somos propiedad de nadie, aunque este nadie sea nuestra marido, pareja, amante...etc.
Pero una vez que toda la sociedad es conocedora de esta situación, deben ponerse en marcha con decisión y medios suficientes mecanismos para cambiar comportamientos que tradicionalmente se han aceptado como “problemas de pareja en los que no debíamos meternos”. Junto a campañas de sensibilización, se deben impulsar los valores en igualdad a través de la educación en todos los ámbitos, y las medidas coercitivas deben ser rápidas y eficaces, así mismo debe haber un conocimiento primero, y una aplicación y desarrollo después, de las normas laborales que van a hacer menos penosa la situación de las victimas de violencia de género, también deben formarse más todas las personas que intervienen en los procesos, como personal policial, sanitario, de la judicatura, etc.
Las leyes son absolutamente necesarias, pero las mismas serían papel mojado si no se estableciesen mecanismos para su desarrollo y cumplimiento. Por lo tanto, bienvenidas cuantas más leyes mejor si estas consiguen hacer menos violenta nuestra sociedad, pero a la vez la ciudadanía nos tenemos que organizar, primero para conocer y después para exigir el cumplimiento de las mismas.
La conmemoración del 25 de noviembre establecida por Naciones Unidas no es sólo por las muertes de mujeres en el ámbito doméstico (que también) es un día declarado para combatir todo tipo de violencia hacia las mujeres, asesinatos, (como los que se producen en Ciudad Juárez o en Guatemala) violaciones, explotación sexual, (protagonizada por mafias, donde las mujeres inmigrantes son las víctimas), o el turismo sexual, (reclamo de personas sin escrúpulos donde se cotizan mas las niñas) mutilaciones genitales, justificadas por creencias religiosas o culturales. Etc.
Las políticas de prevención, junto con el cambio de valores a través de la educación y la formación en valores, deberán ser los ejes para la consecución de una sociedad donde, entre todos y todas, acabemos con esta lacra que es la violencia hacia las mujeres.