Te interesa: Varios países de la Unión Europea intentan imponer una jornada laboral de 65 horas a la semana

El pasado 17 de diciembre y contra todo pronostico, el Parlamento Europeo, derrotó una iniciativa impulsada por el Reino Unido, los países nórdicos y algunos estados de los antiguos países del Este, mediante la cual se pretendía elevar el límite del tiempo de trabajo semanal, de las 48h. actuales a 65.

421 diputados del Parlamento Europeo, entre los que se encontraban los de la izquierda europea, los verdes, y una parte significativa de la derecha y de los liberales, fueron sensibles a la rotunda oposición de los sindicatos, que un día antes de la votación de esa iniciativa, se manifestaron por las calles de Estrasburgo reclamando que esa iniciativa fuese rechazada.


Evidentemente la patronal europea ha dejado clara su decepción por que esa iniciativa no haya salido aprobada y augura unos supuestos efectos negativos sobre la economía europea.
Desde los sindicatos, se argumenta que intentar incrementar el límite actual de la jornada semanal de las 48h. permitidas para ciertos sectores como es el caso del transporte, a 65 para todos, es pretender retrotraerse al inicio de la revolución industrial.
Pero además, la iniciativa ahora rechazada, lo que pretendía era facultar a las empresas a negociar individualmente con sus trabajadores y al margen del convenio colectivo ese incremento de jornada.


La negociación colectiva, es una de los principales logros de los sindicatos, pues con ella se garantizan las condiciones de trabajo(jornada salario, vacaciones,…etc) de todos los trabajadores y trabajadoras afectados por un convenio determinado, evitando que la empresa te imponga sus condiciones, pues es esto lo que sucedería si se tuviese que negociar individualmente.
Parece ser que en esta ocasión se ha impuesto la sensatez y la mayoría de los diputados de la eurocámara, independientemente de sus tendencia ideológica han coincidido en valorar como un retroceso social esta iniciativa.
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