Editorial: Educación para la ciudadanía y los derechos humanos
La aprobación en abril de 2006 de la Ley de Educación, llevaba incluida la asignatura de "Educación para la Ciudadanía y Los Derechos Humanos", esta asignatura ha levantado un gran debate por algunos sectores sobre todo ligados a la Iglesia, debate que intuimos muy interesado. Pero ¿qué contenidos tiene la ley?, la ley habla de valores que tienen que ver con la convivencia, con la libertad, con la solidaridad, con el respeto a las demás personas que aunque no piensen como nosotros tienen derecho a discrepar, con la tolerancia y el dialogo como forma de llegar a cuerdos, también habla de respetar al diferente, de tener derecho a vivir en paz, ... en definitiva a que el alumnado incorpore a su vida cotidiana el respeto a las normas democráticamente establecidas, en nuestro país a través de la Constitución, norma que la mayoría del pueblo español aprobó en 1978 y que todo el mundo "político" dice respetar.
Pero, entonces ¿dónde está el problema y porque se mezcla la religión?. Parece ser que los sectores más conservadores de la jerarquía católica argumentan que muchos de los contenidos de la asignatura chocan con los principios de la religión católica, y que deben ser los padres los que eduquen en estos valores, pero lo que se les olvida a estos sectores es que todo el contenido corresponde con los principios de nuestra Constitución y con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, principios que van más allá de las religiónes ya que cada cual puede tener la creencia que considere pero ello no debe obligar a nada a los demás que no profesan dicha religión ya que se puede coincidir con la católica, con cualquiera otra o con ninguna, siendo todas las posturas absolutamente legitimas. Alentar, como se está haciendo, desde sectores cercanos a la religión católica a la indisciplina y a la objeción de conciencia contra la asignatura es absolutamente irresponsable. Desde la lógica democrática, creemos que las leyes aprobadas por los órganos democráticamente elegidos por la ciudadanía de nuestro país deben ser respetadas y el Gobierno debe velar por su cumplimiento. Pero también estamos convencidos que el enseñar desde la escuela a nuestros niños y niñas, así como nuestros jóvenes sobre una serie de valores para la ciudadanía y la convivencia, de la que de forma mayoritaria no están muy sobrados es fundamental, aunque en una cosa coincidimos con la iglesia católica, también es labor de los padres y madres, y éstos, en numerosas ocasiones han hecho bastante dejación del asunto.
Pero, entonces ¿dónde está el problema y porque se mezcla la religión?. Parece ser que los sectores más conservadores de la jerarquía católica argumentan que muchos de los contenidos de la asignatura chocan con los principios de la religión católica, y que deben ser los padres los que eduquen en estos valores, pero lo que se les olvida a estos sectores es que todo el contenido corresponde con los principios de nuestra Constitución y con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, principios que van más allá de las religiónes ya que cada cual puede tener la creencia que considere pero ello no debe obligar a nada a los demás que no profesan dicha religión ya que se puede coincidir con la católica, con cualquiera otra o con ninguna, siendo todas las posturas absolutamente legitimas. Alentar, como se está haciendo, desde sectores cercanos a la religión católica a la indisciplina y a la objeción de conciencia contra la asignatura es absolutamente irresponsable. Desde la lógica democrática, creemos que las leyes aprobadas por los órganos democráticamente elegidos por la ciudadanía de nuestro país deben ser respetadas y el Gobierno debe velar por su cumplimiento. Pero también estamos convencidos que el enseñar desde la escuela a nuestros niños y niñas, así como nuestros jóvenes sobre una serie de valores para la ciudadanía y la convivencia, de la que de forma mayoritaria no están muy sobrados es fundamental, aunque en una cosa coincidimos con la iglesia católica, también es labor de los padres y madres, y éstos, en numerosas ocasiones han hecho bastante dejación del asunto.